Hace un tiempo me sorprendí,
porque aún tengo la suerte de sorprenderme ante
tantas cosas, al observar en una revista
especializada en ópera, que en la sección dedicada
a intérpretes legendarios la protagonista eras tú.
Que Joaquín Martín de Sagarminaga, autor del
artículo, te califique de mezzosoprano
temperamental y algo bohemia no me extrañó, pues
sé que esa es la definición que hacías de ti misma
cuando en ocasiones hablábamos de tu vida.
Viviste la época en que el negocio
discográfico apostaba sobre seguro, condenando al
olvido a tantas y tantas voces que dejaron su piel
en los escenarios. Pero ya ves que siempre existe
un momento para la justicia, aunque sólo sea
poética, y las palabras de Joaquín Martín
corroboraron el arte y la presencia de una voz
grave, la tuya, en el contexto del bel canto
español en el siglo pasado, apostillando que “no
conviene olvidar el nombre de la isleña Lucy
Cabrera, cuya actividad más importante se sitúa
hacia la mitad del mismo”. |
|